El Autocuidado

¡Hola te escribe Supercuidado!
Conciencia y acción son mis dos super poderes...
Soy el responsable de cuidar mi salud e identificar malestares, escuchar a mi cuerpo, establecer límites entre el trabajo y mi vida personal, saber que cuento con otros super héroes como mi familia o amigos para expresarles mis emociones. La previsión me llevo a identificar mis conductas, autocontrol y habilidades para combatir en contra de una vida carente de salud. Utilizo dos armas poderosas para complementar mi poder: 
  • Mi comportamiento preventivo; orientado a conservar la estabilidad y disminuir las probabilidades de enfermar. Como por ejemplo consultar al médico y dentista para monitorear mi salud. 
  • Mi comportamiento promotor; donde impulso mi conducta a aumentar los niveles de bienestar. Como por ejemplo hacer ejercicio durante 30 minutos al día.


Pero aunque son dos armas poderosas; su uso no es fácil, debo tener ciertas técnicas como percibir mis síntomas o dolores, aunque también me puede condicionar mi estado de ánimo y niveles de estrés. Cuando voy al rescate, preparo mis poderes, antes de salir a la acción me hago estas preguntas:  

¿Es momento de tomar acción?. Y si es así ¿que acción es la apropiada?
Si ya decidí ¿hacia donde dirijo mi decisión? ¿Como enfrentaré esta situación?.

No solo es cuestión sobre el cuidado físico; de igual modo es asignar tiempo para la recreación, convivencia y pasatiempos. Tengo el instinto de aprendizaje e interés por detectar enfermedades, eso me permite monitorear mi salud y mis emociones, adquirir conocimientos sobre los males físicos y mentales para tomar decisiones ante las acciones más peligrosas.

                                       
                                                                 ¡Hasta la próxima!...
 
El trabajo del autocuidado inicia en el cuerpo pero transita por todas las dimensiones de la persona, por medio de la conciencia corporal detectamos tensiones o malestares. El hecho de no tener una enfermedad no sugiere necesariamente la presencia de salud, no confundir nuestro nivel de satisfacción personal, con la ausencia de enfermedad. El autocuidado psicológico debe ser continuo ante la situación creciente de presiones y tensiones que ejerce el ritmo de vida sobre nosotros.






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